Cuando todo el mundo se apaga
y de sus tristezas y amarguras
hacen almohada para dormir,
tú y yo nos desvelamos ebrios de vida…
Mientras otros duermen y sueñan
con la rutina de mañana,
tú y yo nos convertimos
en las fantasías más intensas bajo las sábanas…
Y cuando al fin te vence el sueño,
justo cuando el día comienza a despertar,
abrazada a tu cuerpo disfruto de este bello privilegio
de verte dormir, de verte soñar…
Y entiendo un poco más cuando dices
que dormir es un desperdicio de tiempo…
Para ti, porque el arte en tus venas te invita siempre a crear…
Para mí, porque tú eres el arte que amo siempre contemplar.
Debo admitir
que me gusta esto
de no dormir
cuando estamos juntos.
Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
20/11/2018