Mi mejor suerte

Como si fuéramos delincuentes
haciendo de escapar un arte,
huimos a un espacio abierto
entre estas cuatro paredes.
Nos hemos robado la luz de la aurora
y el cobijo de los hilos del manto de la luna,
hemos traído a nuestro infinito
todo el amor que el mundo no entendió nunca.

No reparamos en daños a los ajenos de nosotros,
aquí el único universo que cabe es el nuestro
en nuestras manos y en cada beso,
no hay caricia mejor que se amolde a mi cintura
que tus dedos y sus manías de hacerme vibrar,
y mi piel que se entrega humilde a cuidarte
de la lluvia de meteoros de las noches de silencio.

Y pregúntale a mis lunares con la malicia de tu mirada,
si no eres tú para mí, mi mejor suerte,
en estos años y con la libertad atrapada en mis labios,
tiritando de besos que son sólo de tu nombre,
tras estos versos que han vuelto a nacer por ti,
ya lo dice mi voz, que mi mejor suerte y mi salvación has sido tú.

El baño de luna a mis sueños con cada caricia cumplida,
rompiendo maldiciones y zarpando a las promesas,
siempre tú, mi mejor suerte,
la estrella que vino del norte a mi alma.

Cuando la noche está iluminada de tu sonrisa
y tu paz llena de recuerdos y añoranzas duerme en mi vientre,
cuando la tensión se ha roto en nuestro pecho
después de las lágrimas en llovizna, nos deja desnudos de miedos…
nos vamos susurrando en las calles afines a amores imposibles,
que detrás de la armadura de papel y tinta
estamos expuestos los dos a la fragilidad del corazón
y nos hemos rendido, al fin, a lo que el amor hizo de nosotros.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
24/10/2016

5 respuestas a “Mi mejor suerte

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