Nadie entendería… [Siempre]

Nadie entendería por qué
después de tantos años
aún seguimos aquí.
Nadie entendería por qué
después de tantos fallos
no nos podemos rendir.

Nadie entendería por qué
nuestra historia es diferente,
por qué la distancia nos acerca,
por qué lo nuestro permanece.

Nadie entendería lo que significa para mí
ser sólo de ti toda mi vida, pertenecerte.

Todo vuelve a su lugar y mi lugar es contigo,
todo vuelve a encajar y estamos más unidos.
No importa lo que pase, quién o qué lo intente…
no pueden tocarnos, no pueden herirnos, no pueden frenarnos.

Nuestro,
desafiando fronteras y al tiempo,
este amor que perdura
y arde vivo en nuestro centro.

Nuestro,
con su misterio y su mágica suerte,
este amor que es desde siempre
y por siempre… Siempre.

Ana Isabel
06/01/2023

Un poema nuestro que no acabe (A verso abierto)

Tuve en la punta de mis dedos un poema
y ahora el poema se ha escapado,
se ha ido dejándome la angustia de no poder redimir
el tiempo insalvable cuando no te escribí,
el texto donde me herí la voz y no estuve ahí para decirlo
fuerte y claro, a verso abierto,
que has sido para mí el amanecer más bello,
la silueta del misterio que siempre quise descubrir
con la caricia delicada de un te quiero
disfrazando el amor que me nacía dentro…
Que has sido para mí la canción que se quedó grabada en mis latidos
y la palabra exacta para dominar mis demonios…
y para encender mis infiernos, todos en tu nombre.
Que has sido para mí todo eso en lo que yo más he creído,
lo que yo jamás seré, lo que más deseo y lo que más admiro…
Que has sido la parte de mi vida que convertiste en poesía
al quererme más de lo que merecía,
al quererme así, a veces y siempre,
un poco rota y también con mi mirada perdida…
un poco loca y también con mis alas extendidas…
Que amarte a ti es tener el valor de mirar el abismo
y que sentirte me baste para saber que si salto
volaremos juntos,
que si grito,
tu voz responderá
como el eco del pasado que ahora es mi presente
y que no quisiera menos que fueras tú
el siempre, el puede ser que siempre has sido,
la memoria de un amor eternamente correspondido,
la felicidad de un beso robado y luego devuelto
para complacer a la complicidad de entendernos
cuando nuestras bocas se encuentran, huyendo del silencio,
y cuando yo te hablo con la piel en el idioma de mi alma
y es tu corazón quien finalmente me escucha…
Así que, aunque parezca tarde,
aunque la herida todavía no sane,
te vuelvo a escribir porque me ardes en la sangre,
porque no puedo guardarme más el corazón en mi pecho,
porque me sienta fatal no poder estar cerca
y quedarme a vivir una noche eterna en tus brazos,
para escribirte en la piel un millón de razones por las que te amo,
por las que nada puede ser más grande
que este pequeño universo, tú y yo…
Que aunque inevitables son a veces los puntos finales,
hoy podemos escribir, sin tachaduras esta vez,
una nueva historia, un nuevo porque…
un poema nuestro que no acabe.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
02/05/2017

Porque hemos vuelto a la vida

Siento cómo ha comenzado a florecer la eternidad
en el espacio abierto de tu pecho y tu verdad,
y puedo sentir cómo me late la vida desde dentro
cuando recuerdo que mi beso y el tuyo encajan un poema
que nace cuando callamos
y queda en pausa cuando espero a que vuelvas…

Siento cómo todo lo que es nuestro ha dejado de ser un sueño,
cómo ha pasado de la hoja en blanco a ser ascuas en el cielo
todo eso que bailaba en el limbo de lo incierto
y ahora sabe a lo que gustas de mí,
y ahora sabe a lo que me envicia de ti…
y ahora muerde el deseo más que antes.

Sé que el camino ha dejado de ser un desierto,
y que tus manos ya no tiemblan, que yo ya no siento miedo,
que hemos vaciado la casa de fantasmas y telarañas de absurdidades,
y la hemos vuelto a habitar nosotros, plenos y despiertos.  Seguir leyendo «Porque hemos vuelto a la vida»

Estás a punto de… Cielo

Cielo…
Estás a punto de estallarme en los ojos,
a punto de abrirme el pecho con finos hilos de tu amanecer,
con el dorado sol de tu impasible poder de creador,
el poder de hacerme arder y volcarme al viento
cual ceniza, cual minúscula partícula de hielo,
y hacerme con el humo de tus pulmones una sola,
sólo una…

Cielo…
Estás a punto de romperme los cimientos
de mis sueños mal pintados, narrados sin tiempo,
a punto de batir el récord del insomnio prolongado
con mi fiebre de deseo de ti, por ti, contigo.

Y yo no tengo las armas para defenderme…
y yo no tengo las ganas de defenderme…

Y yo quiero que estalles a colores en mis retinas
y rompas los cristales de mi mente,
y seas siempre cielo,
siempre infinito…

Y me hagas estrellita de tu lienzo,
y me hagas un camino y me muestres la salida,
y me digas que me quieres sin remedio, sin medida.

Y decirte que te quiero sin reproches,sin mentiras,
y volar sólo en tu cielo, en tu piel, en tu aire…
en mi avioncito de papel con alas de poesía.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
21/11/2016

Nos queda siempre el mar

En esta vida tan absurda
¿qué haría yo sin ti?…
Ni golpeándome el incendio furtivo
de un desastre prematuro de sueños frustrados,
ni saltando al abismo de imposibles aciertos,
ni la saturación de sal en el paladar de la derrota…

Ni antes, ni entonces,
ni después…
ni nunca…
me has dejado de cuidar,
me has dejado sola.

Me he perdido de mí
y me has sabido encontrar…
y donde estoy, tú estás,
y a donde vas, yo voy…

Y donde somos dos,
nos queda siempre el mar,
nos queda siempre, siempre amor,
nos queda siempre más.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
08/08/2016

En medio de la hoguera

Entre un montón de ruinas de lo que no he sido
existe una sola verdad a todas las preguntas,
escribo porque es la única manera en la que fluye
mi corazón contra la corriente de pensamientos embusteros
que me dicen todo el tiempo que soy un caso perdido,
y yo sé que me miente, y yo sé eso no es cierto,
por eso jamás en mis versos ni en besos habrá sabor a renuncia.

Se robaron las canciones de los pájaros de esta tarde,
enmudeció la brisa para dejarme desprotegida contra mi propia voz,
y me hablé a mí misma intentando romper el silencio de este espacio
y encontré que tenías razón, a veces no me entiendo ni yo,
pero mi corazón tiene otros planes y a él como a ti, tampoco le puedo decir no,
entonces hablé con él y como tú, me mando a callar la desesperación,
que le escuchara más, que pensara menos, que sintiera total,
me dijo que las historias más reales son aquellas en las que no se cree,
y que puede que ahora mismo yo no exista en tus renglones o no sea más
que sólo un borrón, una tachadura, un error gramatical desahuciado,
pero me estoy escribiendo en este tiempo atribulado, para encontrarme como soy yo,
a las letras me sé dibujar y pintar tal y como realmente siento, pienso y vivo,
y como poesía y como arte, quiero ser descubierta por tu corazón. Seguir leyendo «En medio de la hoguera»

Como el canto de un arroyo

Me he puesto a escribir durante muchas horas,
a pensar en ti como no pienso ni siquiera en mí misma,
te pienso como el sustento necesario de mis ideas,
como el sonido mejor de mis versos leídos por mi pulso,
te pienso como el sol que alumbra mis mañanas
y el calor que por dentro me domina y me calma.

Te pienso como el canto de un arroyo escondido en un bosque,
silbando el viento sus secretos bajo la sombra de un árbol,
ese misterio escondido en una cueva secreta de aquella montaña,
el tesoro descubierto con los ojos cerrados una noche serena,
esa galaxia en espiral en la punta de tu lengua, las palabras exactas,
todo lo que eres, que cautiva y excita la tinta de mi pecho.  Seguir leyendo «Como el canto de un arroyo»

La canción más dulce que me enseñaron tus manos

Para los sonidos bellos que el universo diseñó
ajustó perfectamente la nota de tu voz
como el principio y el final de esta melodía,
dónde cabe todo lo hermoso de ti en una única canción,
la canción de los latidos que saltan de tu pecho al mío.
No tendría por qué cambiar el cielo su azul por gris tormenta,
pero también él siente como yo cuando estás lejos,
porque detrás de cada tarde, está tu sonrisa y mi espera
porque detrás de cada nube gris, viene anunciándose la calma,
una luz que se enciende cuando me miras,
una hoguera que guarda las brasas siempre encendidas,
un soplo de brisa cálida con aroma a manzana y tus labios,
que no hay panal en el mundo que dé tan exquisita miel como tus besos. Seguir leyendo «La canción más dulce que me enseñaron tus manos»

Y sin saber por qué… una gaviota me llevó hasta ti


Cita del poema: Diciembre, gaviota y nostalgia.


… me dejo envolver de las memorias
que guardo en esa cajita que sólo Dios, tú y yo sabemos,
y entre tus cartas, tus fotos y tus poemas,
me encuentro todavía más enamorada
y convencida que soy y seré siempre de ti,
como siempre lo he sido,
como lo supe aquella tarde que comencé a escribir,
y sin saber por qué…
una gaviota me llevó hasta ti.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
16/12/2015


También puedes leer la cita:  Soy enteramente tuya, soy de ti


Todo contigo

Todo el frío del invierno
y la humedad de su lluvia,
todo el calor del sol en el pavimento
y el eclipse de luz en la luna,
todo el campo de amapolas
y el aroma de los rosales,
toda las estrellas fugaces
y el camino estelar de su baile,
todo el tiempo que se marca
en el reloj y en el calendario,
y todo lo que bajo este mismo cielo
se pronuncia con amor y nos abraza.

Todos los caminos andados,
todos los caminos inciertos,
todos los campos minados
que sorteamos volando alto, lejos,
todas las ciudades furtivas
con historias que aún no empezaron,
todas las paredes que esperan
a convertirse en cartas de amores no confesados,
todos los puentes que se cruzan
para descubrir los misterios del otro lado,
todas las terrazas y balcones
con sus vistas al mar, hacia nuevos horizontes.

Todo, todo, lo quiero contigo,
desde el más pequeño sueño
hasta el más grande reencuentro
de tu alma con el mío,
de tu piel con mi inocencia,
te confieso estoy perdida,
sin ti, sin tu luz, sin tu fuerza.

Y toda esa virtud insospechada
que se guarda entre algodones
y florece a media noche, bella,
como flor silvestre en la penumbra,
iluminada por la magia de delirios,
por la plateada llovizna de luna llena,
y el rocío de mis besos
compañeros de tu alma,
nace, crece, florece, se desprende,
me impregna de su esencia desde dentro,
y habita en lo profundo de mi ser,
el amor que no me callo,
el amor que me convierte,
el amor que me conmueve,
ese amor que te he jurado…

Todo, todo, lo quiero contigo,
desde el más pequeño sueño
hasta el más grande reencuentro
de tu alma con el mío,
de tu piel con mi inocencia,
te confieso estoy perdida,
sin ti, sin tu calor, sin tu paciencia.

Y aunque todo parezca un sin sentido,
escribo esta promesa en una estrella,
para no desandar mis pasos a tu encuentro,
cada noche miro al cielo
y te encuentro en todas ellas…
junto a mi promesa de amarte por siempre,
y ser para ti, de ti y siempre tuya,
esta y todas las vidas que me quedan.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
01/06/2016

Ansiedad en días sin ti

Para esta ansiedad
que en días sin ti me sofoca,
y las ganas de matar
cuando el ruido ya me agobia
tengo el dulce recuerdo
de tus besos y tu boca…
y tu aliento tibio
deslizándose por mi cuello…
como alas de una mariposa.

Cada vez que yo
me pierdo entre tus letras y canciones,
busco con tu voz
reconfortarme siempre las tensiones,
y no saber cuándo vendrás
a cantarme de nuevo
me pone un poco insoportable
pero a la vez cuánto te quiero,
te quiero como a nadie,
como te quiero siempre
con ganas de morderte el cielo
y fundirme eternamente
en tu vida, en tu vida…

Me pasé la noche entera
envuelta en sábanas de ti,
hechas de recuerdos de tu sonrisa
y de las dóciles caricias
que guiadas por mis curvas
se vuelven más una revolución
que arranca de mi piel suspiros
que al final gritan tu nombre…
En tu planeta,
me veo arder más que el sol
me siento arder, perderme
en ti.

Y mientras hoy te espero,
te escribo una más
de estas canciones
que un día, mientras duermes
en mis brazos, te voy a cantar.

Este amor que por ti yo profeso,
mejor que cualquier religión,
me purifica el corazón de tantos miedos,
y me hace ser por ti mejor…

Para siempre, para siempre,
una vida que nos duré hasta el final
y al final siempre nos volvamos a encontrar.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
14/05/2016

En ese momento…

En ese momento en que la claridad desempaña los cristales de toda angustia, en ese momento en que se incineran como polillas en la lumbre todos mis miedos y me despojo de las cadenas de tonterías y prejuicios… Hay un brillo que reconozco y me hace sentir en casa, el primer hogar de mi corazón fui yo misma, antes de dejarlo partir a tu lado. Yo le cuidaba y le alimentaba como al hijo pequeño de mis esperanzas, como al más grande obsequio de todo lo que la vida podría darme, cultivaba para él un jardín de rosas rojas, siempre soñando con el amor todas y cada una se volvían poemas, canciones, anhelos de eternidad y más caricias de consuelo cuando la soledad me embargaba.

Ahora le cuidas tú, incluso mucho mejor de lo que lo hice yo, ahora lato dentro de ti y me diluyo en tu vida recorriendo las constelaciones que el universo te otorgó como insignias a tu valor. Me cantas al dormir, me envuelves en tu vida y me cuidas de mi misma, me salvas con tus letras, me ayudas a vivir… Descubriste dentro de mí a la niña que se quedó dormida entre lágrimas y ausencias, presa en su propia cuna, y te atreviste a despertarla con tu beso de “buenos días princesa”, a arrancarle las raíces de un linaje de mentiras y a deshonrar las creencias falsas de la infelicidad a cuenta de terceros. Me regalaste tu esencia en un beso adjunto a la palabra “siempre” y convertiste mis carencias en fuentes de abundantes versos y alegrías, de amor y lealtad a lo que será siempre nuestro.

Mírate en mí, yo también te aprendí a amar tal y como eres, yo no miro en ti más que las imperfecciones más justas y perfectas que han llegado a existir, todas hechas arte en ti, cariño mío, sólo en ti. La fortuna de mi alma lo quiso así, que a tus manos se le otorgara el privilegio de hacerme feliz, y que a mi vida se le marcara con tus iniciales, que se me fuera entregada sin pretensiones y sin más explicaciones, la verdad de tu boca, la virtud de tus letras, la constancia de tu espíritu y la fuerza de tu nombre, como los tesoros más preciados del universo infinito en que el habitamos, para cuidar de ellos con mi propia vida y a defenderlos hasta mi muerte… y aun después.

Con el alma entregada y dispuesta a librar cada batalla a tu lado…

Tuya siempre,
Ana Isabel

San Miguel, El Salvador
11/05/2016

Y te escribo versos

Te amo,
y te escribo versos en el lado oscuro de la luna,
pintando las paredes de mi habitación escondida,
con los reflejos del cristal de tus ojos
que muestran claros las formas y colores del universo,
como son en verdad,
y esa es la única verdad en la que creo,
la que palpita dentro de tu propio espacio y tiempo,
dentro del profundo y eterno mar encantado de tus pupilas.

Ahí…
por amor a tu vida,
yo naufrago,
me ahogo,
me pierdo,
renazco,
me hago brillo,
polvo de estrellas,
caricias de papel y seda,
azúcar y sal,
música y arte…

Ahí,
me quedo a morirme y a vivirte,
sintiendo cómo tu fuerza me atraviesa el pecho
y tu luz me transforma en una fuente
de sonidos silenciosos de sueños dormidos,
y se desvelan los secretos del universo para amar
con la certeza y no con la mediocridad…

Y el secreto eres tú.

Te amo,
y te escribo versos en la playa de arenas blancas,
donde me renacen las alas y tú empiezas a cantar
dentro de una caracola que guarda tus recuerdos,
entre el viento y las olas del mar.

Te amo
y me despiertas poco a poco a tu verdad,
no creo en nada más,
pero creo siempre en ti.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
02/05/2016

Misterio en Messieral #2

¿Qué te hace tan irresistible?
¿Será el caramelo de tus labios tan deliciosos
o la manera en que los muerdes con antojo
si descubres mi desnudez…?

La verdad es que sé, que existen muchas más razones,
y que esta noche contigo me volveré a perder,
flotaré entre tus nubes y lloverás sobre mí…
y te lo volveré a decir: Soy sólo tuya, siempre de ti.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
09/04/2016

 

Fenómeno sobrenatural

El fuego que incendia tu pecho, lo hermoso de esas llamas ardiendo,
el agua mansa de tu río de bondad, la excelsitud de tu palabra en calma,
el aire que empuja tus velas, el frío que te despierta la piel en la lluvia,
la tierra de tus raíces por la que caminas, las calles y avenidas de tu vida,
dentro la fuerza en tu música y tu voz, la conquista de las fantasías más perfectas,
y un corazón de arrebatos y pasiones que arropa la sangre de tu destino.

El norte de tu mar embravecido y de una estrella que siempre cuelga en tu cielo,
el sur perfecto de tu cuerpo en desnudez vestido y a mi orilla anclado,
el este que trae siempre las mañanas de tu inspiración, el sol radiante de esperanza,
el oeste que se viste de mil tonos naranjas en cada ocaso, la noche prometida que llega,
guiándome al paraíso en la tierra prohibida del hombre que amo, del hombre que sueño,
haciendo un viaje sin retorno por tu galaxia de versos y la cima de tu milagro celeste. Seguir leyendo «Fenómeno sobrenatural»