Tu nombre

Cuando me perdía en ese beso de tu boca, descifré en mi corazón el verdadero significado para cada latido mío. Desde entonces entiendo estos golpes continuos y acompasados en mi pecho… Son por ti, sólo por ti, de principio a fin, palpitando tu nombre.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
23/10/2018

A veces tú me engañas corazón

A veces tú me engañas corazón,
el reflejo en ese espejo claramente no soy
si vamos a ponernos de acuerdo en algo ahora
que sea en mostrarnos sin un disfraz…

Ya estamos bastante rotos,
ya estamos a media muerte y a vivir
no nos enseñó el silencio ni la soledad…
No vamos a ganar nada con eso.
Tú conociendo mi peor miedo
lo has puesto de frente a mí otra vez,
ese vacío que me queda después de perder…

A veces tú me engañas corazón,
la persona que ahora llora claramente no soy yo, Seguir leyendo «A veces tú me engañas corazón»

Cuando más miedo sienta

Cuando más miedo sienta me atreveré a ser valiente,
yo veré en mis ojos el mismo brillo de entonces
y latirás más fuerte en mi lado izquierdo y lloraré,
pero no como la niña que aterrada se escondía
en su soledad con su colección de errores y reproches,
sino como la mujer que reconoce en su reflejo
a alguien que ha logrado por fin ser más grande que sus temores…

Tendré en mis manos las letras que siempre quise escribir
y la fuerza para no dejar de hacerlo,
y latirás más fuerte en mi lado izquierdo y gritaré
que no pienso dejar correr más horas ni quedarme con estas ganas
de pasarme la vida entera conociendo cada rincón de tu alma,
de ser tu compañera de viaje entre fronteras y galaxias
y ser para tus ojos mucho más guapa
que la musa que hoy desnudas entre tus sueños y tus palabras.

Aquí, quedándome en blanco por un segundo
comienzo a reescribirme, a reinventarme en cada latido,
comienzo a ser yo sin que me lo dicte nadie más que mi corazón
y tu voz…

Y te escucho diciéndome que no en vano hemos llegado lejos,
y me lates cada vez más fuerte dentro de mi pecho,
y me quemas cada vez más profundo en cada suspiro,
y te juro por la verdad que es este amor
que no existe nada entre los confines de esta tierra
y el universo que nos envuelve
que te aparte un sólo instante de mí y de mi piel…
que nada me aparta de ti, de tus maneras tan únicas de quererme,
de hacerme y deshacerme a gusto y antojo…

Cuando más miedo sienta me atreveré a ser valiente…
me dejaré la piel y cada gramo de mi locura para amarte sólo a ti;
comenzará mi vida a partir de ese nuevo primer beso
y en mi lado izquierdo me estarás latiendo
mientras cada noche me quedo despierta sólo para verte dormir.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
31/07/2017

Un poema nuestro que no acabe (A verso abierto)

Tuve en la punta de mis dedos un poema
y ahora el poema se ha escapado,
se ha ido dejándome la angustia de no poder redimir
el tiempo insalvable cuando no te escribí,
el texto donde me herí la voz y no estuve ahí para decirlo
fuerte y claro, a verso abierto,
que has sido para mí el amanecer más bello,
la silueta del misterio que siempre quise descubrir
con la caricia delicada de un te quiero
disfrazando el amor que me nacía dentro…
Que has sido para mí la canción que se quedó grabada en mis latidos
y la palabra exacta para dominar mis demonios…
y para encender mis infiernos, todos en tu nombre.
Que has sido para mí todo eso en lo que yo más he creído,
lo que yo jamás seré, lo que más deseo y lo que más admiro…
Que has sido la parte de mi vida que convertiste en poesía
al quererme más de lo que merecía,
al quererme así, a veces y siempre,
un poco rota y también con mi mirada perdida…
un poco loca y también con mis alas extendidas…
Que amarte a ti es tener el valor de mirar el abismo
y que sentirte me baste para saber que si salto
volaremos juntos,
que si grito,
tu voz responderá
como el eco del pasado que ahora es mi presente
y que no quisiera menos que fueras tú
el siempre, el puede ser que siempre has sido,
la memoria de un amor eternamente correspondido,
la felicidad de un beso robado y luego devuelto
para complacer a la complicidad de entendernos
cuando nuestras bocas se encuentran, huyendo del silencio,
y cuando yo te hablo con la piel en el idioma de mi alma
y es tu corazón quien finalmente me escucha…
Así que, aunque parezca tarde,
aunque la herida todavía no sane,
te vuelvo a escribir porque me ardes en la sangre,
porque no puedo guardarme más el corazón en mi pecho,
porque me sienta fatal no poder estar cerca
y quedarme a vivir una noche eterna en tus brazos,
para escribirte en la piel un millón de razones por las que te amo,
por las que nada puede ser más grande
que este pequeño universo, tú y yo…
Que aunque inevitables son a veces los puntos finales,
hoy podemos escribir, sin tachaduras esta vez,
una nueva historia, un nuevo porque…
un poema nuestro que no acabe.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
02/05/2017

Haciendo llover en Marte

Háblame, enséñame tu idioma,
sé que no eres fácil
pero acepto el reto,
acepto que me dispares
con la verdad y el desasosiego
que a veces la vida oculta
pero que tú conviertes en arte.

No te calles, por favor,
cuéntame de tus cometas,
de la constelación de la que vienes,
quiero entender la esencia
de ese hombre que tú eres,
aunque desde ya te lo confieso
siento que mi corazón
desde hace varias vidas te conoce.

Lo que descifro en tu mirada
supera todo lo que he sentido,
sin duda, contigo no hubo molde,
yo creo, que implosionó antes de éste
otro universo, y de ahí te escapaste. Seguir leyendo «Haciendo llover en Marte»

Por si los sueños se quedan dormidos

Por si los sueños se quedan dormidos
programé mis latidos como despertador,
y a esta hora, mientras tú duermes,
el corazón de golpe dentro de mí se sacudió.
Abrí los ojos y ahí estabas,
cansado del mundo y soñando mejor,
me nació cantarte una nana
para espantar los malos sueños,
para arrullarte, mi tesoro de luz,
para enternecer mi vida entera
y aunque no lo sepas tú, para cuidarte…
Con la imagen de ti en mi mente,
durmiendo entre las sábanas, entre mis brazos,
respirando como la hermosa creación que eres,
con la inocencia de un niño y el fuego de un hombre,
haciendo bella esta mañana cada vez que te acaricio,
haciendo bella mi existencia cada vez que tú respiras…
haciendo eterno este momento cuando despiertas…
y sonríes… y me miras…

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
10/08/2016

De los versos olvidados

Hay mucho más que tinta en estos versos olvidados,
versos que se fugaron a un mundo aparte,
uno de distinto color y distinto nombre,
a uno vacío de vicios y lleno de ecos.

Versos que mutaron mi corazón
a uno con heridas abiertas y verdades,
sangrando luces dentro de un cubo de cristal,
con sus caras manchadas de ayeres tan remotos
pero tan hirientes, tan rotos que se hicieron polvo,
polvo que lavará la lluvia del invierno que ya comienza.

De estos versos desamparados
que se escriben con los dientes,
que soltaron los amarres
del barco sin timón, sin origen ni destino,
con todo lo que una vez hizo daño,
los sonidos sin el viento… Seguir leyendo «De los versos olvidados»

Aunque este ahora parezca tarde

Porque tarde he caído en cuenta que perdí todo el tiempo del mundo en mí y que perdiste tu tiempo más valioso por mí, porque tarde he caído en cuenta que no supe ser más que yo y no supe antes ser también , porque me golpeó al corazón siempre tu voz con la verdad y a mi cabeza no le funcionó el receptor a tiempo, porque soy culpable de esto que hoy no es, y no importa cuanto sueñe con mañana, no cambiará nunca el hecho de que soy culpable hoy y del ayer.

Y ahora estoy aquí, con lecciones aprendidas y raspones en los nudillos, los defectos apilados en el centro del salón, retorciéndose sin forma y sin pies ni cabeza, y mis pocos aciertos olvidados en un cajón y enterrados, con silencios que hoy me ahogan y palabras que me quiebran. Y a todo esto en su conjunto, le prendo fuego en mi mente y lo incinero hasta las mínimas cenizas.

Hoy clavé agujas en mi lengua para callar a mi ego y escucharte a ti y a tu corazón…  Seguir leyendo «Aunque este ahora parezca tarde»

Podría ser

Llovizna con sol, esta tarde ha ocurrido en mi ciudad, poquísimas veces lo he visto, pero esta vez tiene un valor totalmente especial, lo he visto desde mi puerta abierta hacia el espacio donde me suelo impacientar, y todo eso me dejó de importar, y sólo te vi a ti en cada finísima gota, tu risa, tu voz, tu alegría desbordada, te vi a ti caminando por las calles empedradas por donde un día también caminaré yo, sueño que sea de tu mano. Y entre los rayos de sol atravesando la lluvia, descubrí los colores que se nos perdieron una tarde, y recobré con más intensidad mi sonrisa y me emocioné como una niña, no tienes idea, una niña perdidamente enamorada de ti…

Siento que hoy el universo me está mostrando algo que sólo mi corazón puede entender.

Vino después una brisa muy confortante, me envolvió de ella y de ti, de tu aroma, el zumbido en mis oídos fue para callar al mundo estorboso de afuera, y escuchar con los ojos cerrados como la vida me decía que no debía parar ni un segundo en esta lucha intensa de conquistar mi más grande sueño: tú, de volver a cruzar esa puerta, de volver a llamar a tu corazón por su nombre y que escuche mi voz sin alterarse.

Amado mío, mi cielo infinito de estrellas, la parte de mi vida dónde todo siempre ha valido la pena, la totalidad del tiempo en el que el amor ha sido y será siempre el fuego en la hoguera de mi corazón. Amado mío, no me desviaré nunca de tu camino, por más difícil que sea, aun cuando todo parezca perdido. Es que este tiempo parece ser demasiado, pero podría ser siempre muy poco, comparado con lo que puede ser si volvemos a encontrarnos con nuestros corazones, en circunstancias completamente diferentes…

Podría ser.

Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
30/07/2016

Siempre escribo por ti, para ti… Tanto como te siento, no importa qué…

La medida exacta de besos (Contradicciones)

De la tarde a la noche de este día mi corazón se ha dado cuenta que mi amor es posible e imposible a la vez, que mi sueño es de escarcha y de fuego, y tiene todos los motivos y a la vez ninguno. Es posible porque arde en mí y lo siento, lo creo, lo vivo, es real. Es imposible porque en este momento no puedo arder donde quiero, en sus brazos, sobre su pecho. Está el frío de lo que ya no le importa y el fuego de lo que todavía existe, todos los motivos para hacer de mí esclava y amante de cada roce de su piel en la mía, y ninguno –por ahora- para soñar despierto a mi lado.

La suma de las contradicciones se va a haciendo mayor y es confuso ahora mismo tratar de explicarte a ti porqué mi corazón habla por mis lágrimas y mi mente se queda en blanco. Es un sentimiento para el que no existen más palabras, sólo besos ahogando el silencio… y ahora mismo sólo puedo morder mis labios conteniendo mis besos, ansiando los tuyos… Seguir leyendo «La medida exacta de besos (Contradicciones)»

Como sólo mi corazón te toca

Quisiera poder tocarte,
tocarte como sólo mi corazón te toca,
sentir bajo mis dedos la suavidad de tu piel,
sentir bajo mi piel como tu sangre se enciende.

Cerrar las puertas del mundo
dejándolo todo afuera,
caer en un sueño de desvelo y frenesí,
encontrarme en cada poro de tu cuerpo,
y que en cada pulgada de mi piel te encuentres a ti,
en cada gota de sudor, en cada lágrima perdida.

Quiero tocarte, tocarte el alma con mis labios,
con mis latidos hacerte un racimo de flores de papel,
escritas en ella el aroma de mi sincera poesía,
ofrendarle a tu corazón mi alma con ellas,
mi esencia renacida, cubierta de sus pétalos,
de ese deseo que tú, y sólo tú, has despertado en mí. Seguir leyendo «Como sólo mi corazón te toca»

Como el canto de un arroyo

Me he puesto a escribir durante muchas horas,
a pensar en ti como no pienso ni siquiera en mí misma,
te pienso como el sustento necesario de mis ideas,
como el sonido mejor de mis versos leídos por mi pulso,
te pienso como el sol que alumbra mis mañanas
y el calor que por dentro me domina y me calma.

Te pienso como el canto de un arroyo escondido en un bosque,
silbando el viento sus secretos bajo la sombra de un árbol,
ese misterio escondido en una cueva secreta de aquella montaña,
el tesoro descubierto con los ojos cerrados una noche serena,
esa galaxia en espiral en la punta de tu lengua, las palabras exactas,
todo lo que eres, que cautiva y excita la tinta de mi pecho.  Seguir leyendo «Como el canto de un arroyo»

La fuga de un rayo de sol

Va a volver la brisa nocturna susurrándole a un búho
que hay misterios avisando detrás de esa puerta,
que no se han cansado mis alas y mi memoria está repleta
de las mil maneras que tienes de rendirme a tu encanto
y las diez mil caricias que hacen todo el año diciembre,
que aunque mi voz se apague y en mi mirada llueva a veces,
dentro estoy luchando por volver a verte.

A diario, cada vez que respiro, cada vez que miro tras esa puerta,
se me hace un nudo en el corazón y se me estruja la calma,
dentro mío, dónde me habitas, me tiemblan las ganas de ti,
me rasguñan los reproches y a veces me golpea fuerte tu silencio,
pero siempre te muestro mi mejor sonrisa, aunque las señales fallen,
y siempre está para ti, mi mirada llena de amor, de esperanza…
porque no tengo otra manera de sentirme contigo,
sino es enamorada y completamente rendida a ti. Seguir leyendo «La fuga de un rayo de sol»

Aprendernos bien

Esta tarde se me despintó de golpe,
no supe que hacer con este cielo de escarcha,
grite tan fuerte esperando romperlo
porque también necesité que me lloviera en el alma,
que se me llenaran los ojos de esas lágrimas
que vienen siempre a limpiar todas las angustias,
pero me contuve porque me gusta esperarte
siempre con mi mejor sonrisa y suavizada mi mirada,
y la desesperación extinguida, totalmente apagada.

Entonces estoy aquí de nuevo frente al papel,
una hoja en blanco que no se quedará así por mucho,
nací poetisa quizás, pero me fui descubriendo en el camino,
y recuerdo muy bien cómo es que se siente
desahogar en las letras todo eso que se lleva dentro. Seguir leyendo «Aprendernos bien»

Cuando se tuercen los milagros (Inventario de lágrimas)

Tengo las alas desdibujándose de mi espalda,
la pluma marchita de versos, de pétalos viajeros,
tengo la calma colgándose del botón de su camisa,
a la espera de un certero beso en la sien de mis recuerdos.

Y no encuentro por ninguna parte la ruidosa y canalla
palomilla de papeles rotos y luces que aletea en mi cabeza,
para prenderle fuego de una buena vez, para traerla a las cenizas,
porque me tiene perdiendo la fe en mí misma, en lo que ya tenía.

Tengo un temblor ahogado en mis manos y las palabras gastadas,
un nudo en la garganta que aprieta en mis pulmones,
una súbita y mortal subida de presión en mi cerebro
y el corazón bombeándome fuego de ansiedad en las venas…

Quiero saltar, saltar en medio de la nada y saber que soy libre,
porque me he mantenido encerrada, en prisión de mi propia ausencia,
quiero morderme los labios y saber que sigo viva, entera,
quiero respirar de mi propio aire, quiero revivir mi esencia.

Calma, las nubes afuera se bañarán en unos días de luna,
por ahora me queda la tristeza rellenando los agujeros de mi cordura,
que la desesperación ha estado haciendo conmigo cuanto ha querido
y me he cansado de ser marioneta de mis miedos y fracasos. Seguir leyendo «Cuando se tuercen los milagros (Inventario de lágrimas)»