Infinitos y sobrenaturales (La espina del duelo)

Pero hay noches tan largas
como esas en las que te busco y no estás,
como esas en las que no viene ya a buscarme tu voz,
como esas que no traen luna ni heridas,
sólo silencio,
silencio y soledad.

Veo el triste desfile de recuerdos
que suponen el frío que me arropa y me corta
la piel que desde siempre sólo deseó tu piel,
tus manos como la espuma suave que acaricia la orilla,
se quedó en esencia a habitar los escalofríos
de mi inmortal ansiedad de ti…

Si te llamo, te llamo a gritos desde el alma,
porque hay noches tan largas
en las que no puedo admitir que ya no vendrás,
que de tu último viaje no habrá retorno Seguir leyendo «Infinitos y sobrenaturales (La espina del duelo)»

De fuego y paz, de grito y guerra

He seguido tu voz todo este tiempo
y yo he enmudecido por mis derrotas.
He marcado mi piel con cada luna nueva
para recordarme que siempre se vuelve a nacer,
y me he encontrado de cara a un nuevo día,
a una vida sin nada que reprocharle,
una puerta abierta, la casa de un cometa
y el primer beso de su estrella colgado en la pared.

Estuve lejos y sin camino, sin luz, sin fe,
estuve sola y corriendo en círculos
sin sentir, sin entender el por qué,
hasta que fueron claras las luces, las señales,
las mismas que antes pasé y no vi,
fuiste isla y fuiste playa,
y tu amor la marea que me devolvió hasta aquí.

Te escuché cantarle al viento en la distancia,
te escuché nombrarme una y dos y tres veces, el eco,
y con tu voz el maleficio de la carencia se rompió,
abrí los ojos y estabas tú,
abrí el corazón y estábamos los dos.

De fuego y paz, de grito y guerra,
así estuvo el destino escribiéndonos los bailes,
de tus letras a las mías,
de tus cartas a mis barcos,
del naufragio y las heridas,
del frío, del miedo y nuestro abrazo…

… Y escapamos juntos de este último final. 


Ana Isabel
San Miguel, El Salvador
26/10/2016

Con el amor haciéndonos…

Quiero renacer entre la luz
de una callada estrella palpitando
figuras de papel que se extienden
por el cielo a oscuras, cubiertas
de fragmentos de historias fundidas
con los versos aun no nacidos,
con canciones que suenan y se fugan
en los pequeños cometas que hiciste
de los pocos sueños que me quedaban.
Y ahora son todo una colección divina
de sonrisas tuyas que me llueven,
empapándome la alegría de verte  Seguir leyendo «Con el amor haciéndonos…»

Ven y acuéstate a mi lado

Ven y acuéstate a mi lado,
recuesta tu cuerpo cansado junto al mío,
recuesta tu alma y tu corazón sobre este nido
que he hecho con caricias y con sueños
sólo para ti, para calmar este silencio,
este tormento de no saber a dónde iremos.

Ven y acuéstate a mi lado,
hagamos tregua entre los dos
toma mis manos y encuentra en ellas amor,
cerraré tus ojos con un beso
el temblor de mi corazón se calmará en tu pecho,
entre mis brazos podrás dormite
y no vendrán pesadillas, ni panteras, ni desiertos,
porque estás conmigo y he de cuidarte a cada momento.

Ven y acuéstate junto a mí,
que el único enredo entre nosotros
sean mis dedos entre los tuyos,
sean mis labios aprisionando tus labios
hundiendo un beso en tu corazón,
sembrando el amor en la fértil poesía,
donde florece el intenso sol de tu voz. Seguir leyendo «Ven y acuéstate a mi lado»

Por la paz del universo entero

Lo que cubre la noche no es un simple manto de estrellas y una luna cruzando los dedos para ver si te marchas, es un montón de deseos contados, a la lumbre de una chimenea, en una cabaña soñada, más al sur de esa frontera, iluminados todos con un fuego que no se conoce en esta tierra sin nombre.

Y tú sigues aquí, mutando el corazón a complejas intermitencias, a veces te ríes en mi cara viéndome hundida, a veces lloras porque me ves complacida de no haber fracasado una vez más… Y nunca te marchas.

Ya me cansaron tus ecos, pero sigues golpeando el muro, de lágrimas se me hizo un charco en la almohada ahogando mi seguridad… Te volviste a reír y yo me pregunto… ¿Por qué sigues aquí?

Autentica enemiga de mi confianza, figura retórica siempre mal interpretada, te tomé de la mano para saber si lo inerte de tu apariencia era respuesta de tu huida súbita al más allá, a tu muerte anunciada… y no fue prudente tocarte Seguir leyendo «Por la paz del universo entero»

De caramelo y miel

Te he soñado toda mi vida, y te he esperado sin saber si realmente vendrás. Te he soñado entre mis brazos siendo el trozo de cielo que por milagro se nos otorgó, he visto tu rostro y he sabido desde ese instante que no existe nada más bonito en esta vida que tu pequeña sonrisa y tu mirada buscando la mía, atrapándome eternamente en ese instante, perdiéndome en la profundidad de tu alma, un alma tan puro, fruto del amor y las promesas de tu porvenir, tejidas con infinitos hilos de verdad y la esencia de dos corazones que te amarán más que a su propio latir, porque tendrás mis ojos y su mirada, mi sonrisa y su calidez al hablar, mis manos y su arte, parte de mí, parte de él, parte del resultado de nuestra lucha, una estrella pequeñita de caramelo y miel.

Siempre te he esperado y sin embargo, a veces he tenido miedo de tenerte algún día conmigo, el mundo afuera es un caos, y en ocasiones pienso que no quisiera que vieras tanto desastre, tanta injusticia, tanta conspiración contra la felicidad y la libertad de ser humanos, contra la libertad de ser verdaderos y leales a nuestros propios principios, a pesar de todo y de todos. A veces pienso que no tenerte sería mi mejor forma de protegerte, pero hay noches en que te he soñado siendo el más lindo capullo en el jardín de nuestros astros pequeños de ilusiones prometidas, cuidado y protegido por la fuerza de un amor jamás antes vivido, iluminado por la fantasía de la espera tan ansiada, la espera de una infinita paz y felicidad que se acrecienta semana a semana, hasta que por fin floreces y nos regalas la dicha de enseñarte el mundo y las maravillas de un universo que para ti están hechas. Demostrarte que aunque el mundo afuera no es perfecto, tú lo eres, que aunque afuera todos pueden ser falsos, dentro de ti siempre tendrás tu verdadera esencia, y frente a todo un batallón de mediocres deberás ser firme, defenderla y proclamarte libre, como hoy lo hago yo, como siempre lo hizo tu padre. Seguir leyendo «De caramelo y miel»